martes, 6 de marzo de 2012

La necesidad del idioma inglés

La necesidad del idioma inglés
El inglés es la primera lengua que ha alcanzado una dimensión global en la historia de la humanidad. Hay otras lenguas internacionales como el español, el francés y el portugués, que con la diáspora colonizadora se establecieron por extensas regiones del mundo, pero el inglés es la primera lengua de la historia que cobra un uso generalizado a escala planetaria! acompañada por el movimiento colonizador de siglos pasados, y por gran parte de los procesos modernos de expansión económica, tecno-científica y cultural.
No sólo las telecomunicaciones y la industria cultural (video, CD, software, cine, libros) se inundan de productos, de una manera u otra establecen el inglés en el imaginario de culturas diversas, porque las universidades, y las actividades económicas preparan cada año profesionales, artistas y técnicos del mundo entero que emplean el inglés, como lengua franca en sus actividades diarias y, a su vez, lo introducen en sus ámbitos locales.
La lengua de Shakespeare ha dejado de ser una lengua nacional. Por un tiempo el inglés fue lengua "nacional” de Inglaterra, luego fue lengua oficial de facto de Irlanda, Escocia y Estados Unidos, pero desde este siglo ha ido convirtiéndose en una lengua oficial de unos 113 países de Europa, Asia, África, América y el Océano Pacífico. En muchos de estos lugares se desarrollan variantes dialectales que difieren mucho del llamado Standard-English. El inglés no es el idioma representativo de la élite blanca anglosajona, sino de muchas razas y culturas mestizas. Como dice el lingüista belga Diego Marani "El inglés está implocionando, sometido a las multiplicidades de la globalización" (1).
Lo interesante de todo esto es que el inglés contribuye a la multiplicidad y diferencia, pues desbanca el concepto de una lengua uniforme y única, a la cual debe adscribirse una sola identidad nacional y racial. El filósofo Jacques Derrida afirma que toda lengua es en el fondo bilingüe, es decir, una bilengua, pues contiene los gérmenes de otras lenguas posibles. Hoy en día, muy pocas personas negarían el hecho que el idioma inglés es hegemónico a nivel mundial, en ámbitos como el político y sobre todo el económico.
Las tecnologías de la información lo emplean cada vez con mayor frecuencia: gran parte de las páginas disponibles en la Red, por ejemplo, se encuentran en la lengua de Shakespeare, entre otros servicios circulan en ese idioma. Se considera que a su uso y difusión ha contribuido el hecho de que las dos grandes potencias que han existido en el mundo capitalista han sido anglófonas: La Gran Bretaña y Estados Unidos. También, se insiste en el hecho de la globalización y la interdependencia que han incidido en el uso del idioma inglés.
En Internet, el peso específico del inglés se multiplica. Hasta un 80% del contenido de las páginas de la red está escrito en la lengua de Shakespeare, dado que choca con el porcentaje (alrededor del 50%) de internautas anglófonos. Pero como nadie está dispuesto a perder el tren de la nueva economía, los gobiernos realizan esfuerzos más o menos importantes para que sus países estén presentes en la red de redes, y así existan contenidos no ya en su idioma, sino producidos para su cultura.
Al interés cultural por el que cada nación potencia su idioma en la red, se une el auge imparable del comercio electrónico, que impulsa la apertura de los mercados y fomenta la necesidad de vender en varias lenguas. Las cibertiendas que pretenden saltarse las fronteras, deben presentar el escaparate de forma que se entiende allí dónde quieren estar. Esto ocurre en un doble sentido: los negocios de cualquier país con ansias de expansión, deben transformar su contenido, mayoritariamente al inglés, para darse a conocer y las empresas estadounidenses no pueden obviar el poder de las lenguas minoritarias a la hora de conquistar nuevos territorios.
Todo lo anterior conduce a una gran necesidad: adaptar lingüística y culturalmente los contenidos para penetrar en cualquier mercado. Iñaki I. Rojo dice "Con el inglés se llega muy lejos... pero ninguna tienda de la red debería despreciar llegar a territorio francófono, germánico, hispano o chino" (2). El inglés se impone, tanto por su número de hablantes como por su enorme potencia económica. Además, un gran porcentaje de la producción científica y técnica nace en territorio anglosajón (o lo producen en inglés nativos de otros países, expatriados o no, que saben de su idioma sus textos no tendrían el mismo eco) y los términos que generan penetran casi sin resistencia en todas las culturas.
No se concibe el profesional de la nueva "economía** que no sea, cuando menos bilingüe, y que entre los idiomas que es capaz de comunicarse no esté el inglés. La conquista planetaria del inglés lucha contra las corrientes nacionales que tratan de potenciar la cultura y el idioma propio, con las academias que apuntalan su lenguaje para preservarlo del barbarismo.
Actualmente, más de 400 millones de personas tienen al inglés como lengua materna, 300 millones más lo hablan como segunda lengua, y entre 500 y 700 millones más poseen ciertos rudimentos del idioma. La influencia del inglés no se mide sólo en números; el poderío económico, político, científico, tecnológico y cultural de los Estados Unidos, ha determinado que el inglés sea lengua franca de la diplomacia y del comercio internacional, de las telecomunicaciones y el Internet, de la cultura de masas y los debates académicos. El inglés se ha vuelto, en la acepción más amplia del término, una lengua imperial.
La UNESCO aconseja que los jóvenes del siglo XXI estudien un segundo idioma en preescolar y un tercero en la secundaria y bachillerato. Según una resolución de ésta, aprobada por unanimidad por los 187 estados miembros "El trilingüismo debe ser el nivel normal de dominio de idiomas en el siglo XXI" (3), por lo tanto, el organismo de las Naciones Unidas para la ciencia, la educación y la cultura recomienda que se comience a enseñar a los chicos un segundo idioma en pre-escolar, y una tercera lengua en la secundaria y bachillerato.
Desde el punto de vista más práctico, en sociedades multiculturales, dominar más un idioma extranjero se está volviendo una gran necesidad, aún en muchos países del mundo, donde ni siquiera está del todo enterrado el analfabetismo. Klaus Fischer, director del departamento de enseñanza del instituto Goethe, dijo que hay dos razones por las cuales es importante la enseñanza de tres idiomas en la escuela: "Por un lado es la forma más fácil de garantizar el capital social necesario de plurilingües que exige un mundo globalizado; pero además está el tema de la flexibilidad lingüística, ya sabiendo un idioma extranjero resulta más fácil aprender otro más, y así sucesivamente" (4).
Es importante tener un diagnóstico y un análisis completo sobre los usos de la lengua hablada y escrita, de igual forma del discurso en términos de las características que presenta el aprendizaje de una lengua extranjera. Dice Uribe Villegas... "es necesario hacer que los hablantes monolingües se conviertan en bilingües..." (5).
La sociedad internacional es multilingüe y el futuro de las personas pasa por la conveniencia y la necesidad de dominar otras lenguas para mejorar las oportunidades y la calidad de vida y para asegurar la convivencia y el intercambio cultural. Respecto a cuándo empezar este aprendizaje, se plantean diversas opiniones que se apoyan, por una parte, en la experiencia y, por otra parte, en las aportaciones que desde especialistas del ámbito de la psicolingüística y de la pedagogía de las lenguas, se conoce un poco.
Hay opiniones críticas que plantean la no-conveniencia de empezar a los tres años y que se cuestionan la necesidad de este aprendizaje temprano, por lo que se plantea y argumenta que los niños de estas edades, no están interesados en aprender una segunda lengua y no tienen una necesidad funcional de hacerlo. Otro aspecto problemático es la escasa disponibilidad de los especialistas con una preparación adecuada para trabajar en la etapa de 0 a 8 años.
Por otra parte, la defensa del aprendizaje temprano argumenta sobre los mismos aspectos, pero contempla otros estudios, informes, y experiencias escolares que permiten valorar positivamente la enseñanza en edades tempranas. Desde el punto de vista cognitivo y psicolingüístico, el aprendizaje temprano es el más propicio por la plasticidad fonético-articulatorio de los niños en estas edades, la alta capacidad de imitación que potencia un buen aprendizaje de los sonidos de una lengua y la buena memoria que es capaz de asimilar las diferentes estructuras lingüísticas orales.
El aprendizaje temprano también permite un mayor tiempo de maduración de todas las habilidades lingüísticas que se vayan adquiriendo y, que si son abordadas con una metodología adecuada que respete las secuencias y los momentos de aprendizaje de ambas lenguas, no sólo deberán producirse interferencias entre ellas, sino que estas mismas estructuras actúan como estructuras facilitadoras de otros aprendizajes. Por ello, el objetivo de este proyecto es proponer un nuevo método para la adquisición de fonemas del idioma inglés en alumnos de bachillerato.
Esta idea de proyecto surge al laborar con un grupo de Bachillerato impartiendo clases de inglés, el autor del proyecto a lo largo de su estancia en el instituto KAAN BAL HAAH  detectó un problema de investigación. Los adolecentes tenían  muchos problemas en cuanto la pronunciación del idioma inglés principalmente con las vocales, ellos las pronunciaban  tal como las veían, pero en inglés una vocal puede tener más de un sonido. El autor realizó ejercicios de comprensión mediante dictados los cuales demostraron la confusión de los alumnos al escribir lo que escuchaban, en lugar de escribir la letra que se les pedía.

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